¿Debe el estado tratar de moderar el aumento de precios de
los activos para reducir la probabilidad o la gravedad de la posterior crisis
financiera?
Prácticamente en la totalidad de los países grandes se ha
establecido un banco central como ‘prestamista de último recurso’ doméstico
para reducir la probabilidad de que una escasez de liquidez desemboque en una
crisis de solvencia. La práctica lleva a preguntar sobre esta función para un ‘prestamista
de último recurso’ internacional, que ayudaría a los países a estabilizar el
valor de sus monedas y a reducir la probabilidad de que una fuerte depreciación
de la moneda debido a la escasez de liquidez, diera lugar a un gran número de
quiebras.
Cuando los precios de los bienes raíces, activos y acciones
caen vertiginosamente cuando explota una burbuja financiera una política
intervencionista podría proporcionar estabilidad al sistema económico
proporcionando la liquidez necesaria para que las entidades financieras puedan
responder ante sus créditos sin llegar a quiebra. Pero, si los inversores conocieran de antemano del apoyo gubernamental
en casos de supuesta quiebra, tal vez los mercados caerían con más frecuencia
por el hecho de que estos inversores serían mucho menos cautelosos a la hora de
comprar bienes y valores.
Muchos expertos catalogan necesario la existencia de crisis
financieras porque ‘limpian’ la economía de los débiles para que permanezcan
los débiles (pura teoría Darwiniana), con el fin de que la economía prospere y
evolucione. En el caso de que existiera el ‘prestamista de último recurso’
frenaría esta hipótesis evolutiva.
Por lo que la cuestión sobre la política intervencionista
que llevan planteándose los economistas a lo largo de la historia, como el
eterno dilema de keynes vs Hayek, seguirá
sin ser resuelto y desembocara en numerosos problemas para los dirigentes y
economistas de países en situaciones críticas.