viernes, 6 de diciembre de 2013

¡El Estado al rescate!



¿Debe el estado tratar de moderar el aumento de precios de los activos para reducir la probabilidad o la gravedad de la posterior crisis financiera?
Prácticamente en la totalidad de los países grandes se ha establecido un banco central como ‘prestamista de último recurso’ doméstico para reducir la probabilidad de que una escasez de liquidez desemboque en una crisis de solvencia. La práctica lleva a preguntar sobre esta función para un ‘prestamista de último recurso’ internacional, que ayudaría a los países a estabilizar el valor de sus monedas y a reducir la probabilidad de que una fuerte depreciación de la moneda debido a la escasez de liquidez, diera lugar a un gran número de quiebras.
Cuando los precios de los bienes raíces, activos y acciones caen vertiginosamente cuando explota una burbuja financiera una política intervencionista podría proporcionar estabilidad al sistema económico proporcionando la liquidez necesaria para que las entidades financieras puedan responder ante sus créditos sin llegar a quiebra. Pero, si los inversores  conocieran de antemano del apoyo gubernamental en casos de supuesta quiebra, tal vez los mercados caerían con más frecuencia por el hecho de que estos inversores serían mucho menos cautelosos a la hora de comprar bienes y valores.

Muchos expertos catalogan necesario la existencia de crisis financieras porque ‘limpian’ la economía de los débiles para que permanezcan los débiles (pura teoría Darwiniana), con el fin de que la economía prospere y evolucione. En el caso de que existiera el ‘prestamista de último recurso’ frenaría esta hipótesis evolutiva.


Por lo que la cuestión sobre la política intervencionista que llevan planteándose los economistas a lo largo de la historia, como el eterno dilema de keynes vs Hayek, seguirá sin ser resuelto y desembocara en numerosos problemas para los dirigentes y economistas de países en situaciones críticas.