miércoles, 8 de enero de 2014

¿Para qué querríamos nosotros el euro?



Mucha gente se pregunta ¿qué es lo que nos ha aportado el euro? ¿Por qué no nos quedamos con la peseta?
Así sería la vuelta a la peseta
Cierto es que conservar la peseta parecía algo más ‘sencillo’ para el día a día de los ciudadanos no sólo por el hecho de la comodidad, sino porque para la pequeña empresa, al ser un mercado relativamente cerrado con el resto de países, existía menos competencia y le resultaba más fácil ‘navegar’, pero si se hizo el cambio sería para traer más ventajas que inconvenientes.
Por un lado estaba la Unión Europea, que, cuando se fundó 1957, los Estados miembros se centraron en construir un mercado común para la actividad comercial. Sin embargo, con el tiempo resultó evidente que se necesitaba una mayor cooperación económica y monetaria para el desarrollo y florecimiento del mercado interior y para que la economía europea alcanzase mejores resultados, proporcionando más empleo y una mayor prosperidad a los ciudadanos europeos. En 1991, los Estados miembros aprobaron el Tratado de la Unión Europea (Tratado de Maastricht) y decidieron que Europa tendría una moneda fuerte y estable para en el siglo XXI. Y España, al estar en la UE, tuvo que cumplir las normas. Pero no fue nada perjudicial para el país, sino todo lo contrario, trajo consigo numerosas consecuencias.
Con la nueva moneda, quedaba eliminada la incertidumbre ligada a la variabilidad de los tipos de cambio pues éstos desaparecieron entre los países de la eurozona. Desapareció el riesgo del tipo de cambio en las inversiones y transacciones, de forma que éstas aumentarían en la zona de la UE: habrá más inversiones y transacciones entre España y Alemania, por ejemplo.
Al eliminarse los costes y seguros de cambio entre países de la eurozona se consiguió una mayor transparencia de precios y menor inflación, así como una mayor competencia entre empresas europeas debido a la fusión de mercados financieros. Todo esto supuso una disminución del tipo de interés y una mayor fortaleza del euro. Además, esta estabilidad que ganaba la moneda originó un descenso en la inflación y un mayor crecimiento económico.


De hecho, numerosos economistas aseguran que si España hubiera seguido con la peseta, la crisis hubiera afectado a nuestro país unas tres o cuatro veces más.

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